Educación de adultas
By Eryk (Wiki Ed) [CC BY-SA 4.0] |
Si ese es el caso me puedo imaginar, más o menos, el perfil de la mayor parte mi alumnado:
- Un grupo de jóvenes de entre dieciocho y veintipocos años, prácticamente unos adolescentes, que hasta hace poco tiempo han estado viendo pasar el tiempo en algún instituto. Más o menos la mitad son hombres y la otra mitad mujeres.
- Un grupo de mujeres de entre treinta y tantos y cuarenta y pocos años, madres con o sin pareja, que han pasado los últimos años dedicadas principalmente a labores domésticas. A menudo es este grupo de mujeres la que lidera el grupo.
Y ahí comenzaron las diferencias porque, en este país, el cuidado de los niños ha recaído tradicionalmente en las mujeres. Así que aquellas chicas de la EGB abandonaron sus empleos para dedicarse a su familia mientras sus compañeros masculinos seguían trabajando.
Ahora, cuando sus descendientes han pasado de la escuela al instituto y ya tienen cierta autonomía, las señoras de nuestra historia intentan volver al mercado laboral... descubriendo que su EGB ya no está considerada como el nivel de formación básico, ahora representado por la ESO ¿Qué hacer, entonces? La mejor salida es matricularse en la ESPA en un centro de adultos y, con suerte y dedicación, ponerse al día (académicamente hablando) en un año. Sus maridos, que nunca abandonaron el mercado laboral, no suelen tener ese problema.
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