Las mujeres de la Tabla Periódica

CC0 Dominio público
2019 ha sido proclamado, por las Naciones Unidas, Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. Entre otras razones para tal proclamación se alegan las siguientes:

Observando que el año 2019 coincide con los aniversarios de una serie de hitos importantes en la historia de la tabla periódica, en particular con el aislamiento del arsénico y el antimonio por Jabir ibn Hayyan hace unos 1200 años; el descubrimiento del fósforo hace 350 años; la publicación de una lista de 33 elementos químicos clasificados en gases, metales, no metales y térreos por Lavoisier en 1789; el descubrimiento de la ley de las tríadas por Döbereiner en 1829; la creación de la tabla periódica por Mendeleev hace 150 años; y el descubrimiento del francio por Marguerite Perey en 1939.

Me he permitido destacar en negrita algunos acontecimientos en los que participaron mujeres, hecho que suele caer en el olvido.

Comencemos por el año 1789: Lavoisier publicaba su Tratado elemental de química, poniendo así fecha de nacimiento a la química moderna. La mayoría de los autores suelen atribuir todo el mérito a Antoine Laurent de Lavoisier pero, en realidad, Antoine no trabajaba solo: formaba equipo con su esposa Marie-Anne Pierrette Paulze. De hecho, cuando se publicó la segunda edición del Tratado elemental de química (1797) Antoine llevaba ya tres años muerto (fue guillotinado durante la Revolución Francesa) y fue Marie quien se ocupó de seguir con el trabajo. En 1803 publicaría Memorias de química.




Fair use
En 1939 Marguerite Catherine Perey, colaboradora de Irene-Joliot Curie, descubrió el elemento número 87 de la Tabla Periódica al purificar unas muestras de lantano. La existencia de este elemento había sido una de las predicciones de Mendeleev, quien lo había bautizado como eka-cesio, pero su existencia real no fue comprobada hasta el descubrimiento realizado por Marguerite. El nuevo elemento fue bautizado inicialmente como actinio K y, posteriormente, como catio, pero finalmente recibió el nombre de Francio (se dice que a Irene Joliot-Curie le disgustaba que el nombre de catio fuese demasiado parecido a cat, gato), en honor al país de Marguerite.



CC By 2.0 Tekniska museet


Por cierto: la supervisora doctoral de Marguerite Catherine Perey (y madre de Irene Joliot-Curie), Marie Curie, había ganado su segundo Premio Nobel por el descubrimiento de los elementos radio y polonio (Marie Curie, inicialmente Maria Salomea Skłodowska, había nacido en Polonia). En su honor, además, el elemento número 96 fue bautizado con el nombre de curio. El de Marie Curie es uno de los dos nombres de investigadoras que podemos encontrar en la tabla periódica actualmente.






(Smithsonian Institution)

La otra investigadora cuyo nombre podemos encontrar en la tabla periódica es Lise Meitner, conocida por haber desarrollado junto con Otto Hahn las primeras investigaciones sobre la fisión nuclear. El hecho de que fuese mujer y judía en la época de la II Guerra Mundial hizo que su nombre fuese olvidado cuando se concedió a Otto Hahn el Premio Nobel. Oppehheimer intentó reclutarla para el Proyecto Manhattan, pero Meitner se negó a participar en el desarrollo de armas nucleares.

En honor de Lise Meitner el elemento número 109 de la tabla periódica fue bautizado como meitnerio.




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